martes, 23 de abril de 2013

PRESENTACIÓN




TRABAJO COLABORATIVO
100101-EPISTEMOLOGIA






AVILA RESTREPO LIBIA AMPARO - 65719100
GARCIA CONTRERAS JUAN PABLO -72054488


GRUPO 100101_871




UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA – UNAD
CURSO DE EPISTEMOLOGÍA
2013

INTRODUCCIÓN




INTRODUCCIÓN

La epistemología al ser  La ciencia que estudia a la realidad convirtiéndose en una reflexión donde los propósitos son las indagación sobre el carácter científico de las distintas ciencias, su funcionamiento y fines investigativos, ocupándose de los problemas tales como las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a la obtención del conocimiento, y los criterios por los cuales se le justifica o invalida, se convierte en una herramienta clave a la hora de conocer los aspectos relacionados con la historia epistemológica del país, permitiéndonos ese acceso a los aportes, conocimiento científico y  contextualización del pueblo, a través de la documentación y revisión bibliográfica.

La epistemología, como teoría del conocimiento, se ocupa de problemas tales como las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a la obtención del conocimiento, y los criterios por los cuales se le justifica o invalida, así como la definición clara y precisa de los conceptos epistémicos más usuales, tales como verdad, objetividad, realidad o justificación. La epistemología encuentra ya sus primeras formas en la Grecia Antigua, primero en filósofos como Parménides o Platón.




MAPA CONCEPTUAL


Un ejemplo de la diversidad teórica existente en la idea de epistemología en la actualidad lo constituyen las concepciones de Karl Popper y Jean Piaget. Para Popper el estatuto de la epistemología viene definido por tres notas: por el interés acerca de la validez del conocimiento (el estudio de la forma en que el sujeto adquiere dicho conocimiento es irrelevante para su validez); por su desinterés hacia el sujeto del conocimiento (la ciencia es considerada sólo en cuanto lenguaje lógico estudiado desde un punto de vista objetivo), es decir, la epistemología se ocupa de los enunciados de la ciencia y de sus relaciones lógicas (justificación); y, por último, por poseer un carácter lógico-metodológico, es decir, normativo y filosófico. Sin embargo, para Piaget la epistemología se caracteriza por principios opuestos a los de Popper, ya que a la epistemología le interesa la validez del conocimiento, pero también las condiciones de acceso al conocimiento válido; de ahí que el sujeto que adquiere el conocimiento no sea irrelevante para la epistemología, sino que ésta debe ocuparse también de la génesis de los enunciados científicos y de los múltiples aspectos de la ciencia que trascienden la dimensión estrictamente lingüística y lógico-formal. La epistemología para Piaget tiene además un carácter fundamentalmente científico, es decir, teórico y empírico, no metodológico y práctico[1]


















[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Epistemolog%C3%ADa

1. ¿Cuáles son las condiciones actuales de la actividad científica en Colombia?


Es preciso anotar que en Colombia la cultura de la consulta y contribución a las revistas mencionadas solo se inicia tímidamente a partir de las reformas universitarias de la década de los setenta, en algunos programas de formación universitaria y de posgrado.[1] 

Puede parecer aventurado en un país como Colombia, aquejado de tantos y tan diversos problemas, proponer a la ciencia - actividad a primera vista tan abstracta y, a ojos de algunos, monopolio de naciones avanzadas, dueñas de una vieja y arraigada cultura - como base de un plan moderno y digno.

Las razones para ello son muchas y de muy diversa índole: en primer lugar, la ciencia, concebida como la búsqueda del conocimiento, es la única actividad humana acumulativa y progresiva y que puede ofrecer al hombre la esperanza de un verdadero progreso, basado en un conocimiento de la naturaleza y de sí mismo. La formación de ese saber es tarea de toda la humanidad, sin distinciones de países o de razas e independientemente del grado de desarrollo económico de una u otra nación. La actividad científica debe entonces ser apoyada per-se, como una contribución a la tarea más noble y fascinante emprendida por el género humano: la comprensión de su origen, de su evolución y de su relación con el universo.


En segundo lugar, es evidente que la tecnología, que si bien en el pasado pudo haber nacido independientemente de la ciencia y haberla en ciertos casos precedido, tiene hoy cada vez más su base en el fruto de la paciente tarea que desarrollan los investigadores en sus laboratorios. No hay duda de que si la máquina de vapor pudo nacer antes que la termodinámica, la moderna informática no existiría sin el descubrimiento del transistor, producto de la investigación básica en física de los semiconductores. Igual cosa se puede afirmar de la relación entre la biotecnología y el descubrimiento de la estructura del ADN o ente la holografía y la física atómica. Por otra parte, no cabe la menor duda de que el mundo moderno es fruto del enorme desarrollo que la ciencia y la tecnología han tenido en los últimos tres siglos y, en especial, desde los albores del siglo XX. Es casi increíble que el avión y los viajes espaciales, la electrónica, la informática, la ingeniería genética y la biotecnología, la televisión y las telecomunicaciones hayan sido todo producto de la actividad humana de los últimos ochenta años. Esos descubrimientos y muchos más que sería largo enumerar, han moldeado el mundo moderno y marcado de manera irreversible la historia del hombre. Aun si un cataclismo viniese en este momento a exterminar el noventa por ciento de la humanidad, los pocos conocimientos que pudieran salvarse y más aún, el enfoque científico, serían suficientes para garantizar que los sobrevivientes pudieran reconstruir en un plazo muy corto el conjunto del saber perdido.

La característica fundamental de la moderna tecnología es la universalidad de su aplicación, ya que el más atrasado de los pueblos contemporáneos tiene acceso a bienes y servicios que estaban fuera del alcance de los privilegiados hace tan sólo pocos años. Es también la única herramienta que, bien aprovechada, puede acortar las enormes diferencias sociales y económicas que afectan a los pueblos del planeta. Sería utópico pensar que puedan garantizarse hoy en día condiciones de vida decorosas a un grupo humano sin contar con el soporte de la moderna tecnología. Tan sólo una agricultura moderna y altamente tecnificada puede permitir alimentar de manera satisfactoria a los 10.000 millones de habitantes que tendrá el planeta en el año 2020; sin la medicina más actual, es imposible reducir la mortalidad infantil y aumentar la esperanza de vida hasta niveles éticamente tolerables. La solución a los gravísimos problemas ambientales que amenazan el futuro de la especie, requiere un gran esfuerzo científico y tecnológico y no, como lo pretenden algunos, el retorno puro y simple a la edad de las cavernas.

Los países subdesarrollados que en las últimas décadas han comprendido el papel vital de la ciencia y la tecnología y han puesto en marcha políticas de desarrollo de esos sectores, han logrado, en un tiempo corto y contradiciendo de manera flagrante las teorías económicas tradicionales, alcanzar un desarrollo económico y social comparable al de muchos países industrializados.


[1] (Villaveces, 1990; Franco, 2009).